martes, 2 de octubre de 2012

Promesas por cumplir

Ya no aguanto más esta presión, mis brazos ceden, el mundo cae sobre mi, veo como cada una de las historias vividas se rompe en añicos, toda una vida ante mis ojos, rota en mil pedazos, no encuentro ningún sentido a esto, porque, si no estás tú nada importa, cada una de tus palabras se clava como puñales, un sollozo amargo escapa desde lo más profundo de mi alma, un cosquilleo gélido recorre cada extremidad de mi cuerpo, tiemblo, no lo puedo evitar, me siento tan impotente... las lagrimas recorren mis mejillas, de nuevo sola, siempre será así, he de asumirlo.
Me siento engañada, tocada y hundida, nunca fuiste consciente de que detrás de mi sonrisa hay dolor, otro ciclo que se cierra, otra persona que pierdo por el camino, ese es mi destino, herrar de persona en persona buscando lo que nunca me darán.
¿Mi corazón? ahí está, en el lado izquierdo del pecho, ¿lo sientes? ¿sientes los latidos? arrarráncamelo, písalo, ya estoy acostumbrada. El destino ha decidido, y no me encuentro con las suficientes fuerzas como para contrariarle, viviré con mi voz interior como única compañía.

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