La noche de los setenta

¿A qué estamos jugando? ¿a quienes pretendemos engañar diciendo que no nos queremos, a ellos o a nosotros? no siempre podemos hacer lo que esperan, dejémonos llevar, intentemoslo, no perdemos nada, vamos, besame, quiero probar tus labios, sentir tu cuerpo, poder mirarte a los ojos al fin.

No te imaginas las ganas que tengo de atravesar la linea que nos separa y sentirme cerca de ti, esta vez no será un sueño, será real, cada vez que imagino el momento siento un remolino de emociones, pero mi viaje tiene fecha de vuelta, nos tendremos que despedir y volveremos a esperar a que llegue nuestro día  el día que nuestros labios se vuelvan a encontrar ansiosos por un nuevo beso.

Autodestrucción

Miro el reloj, ya es la hora, siento un enorme vacío en el pecho, a medida que me acerco mi corazón se acelera, ya veo el sombrío edificio, jaula de sentimientos y palabras, miradas furtivas, gente que habla pero no dice nada.
Saludo con una amarga sonrisa a las personas que veré cada día de este año, es raro saber que ya no estaré con ellos, tanto tiempo juntos, tantas aventuras vividas...
Subo las escaleras, en silencio, tengo ganas de huir, me siento, miro por la ventana, me pregunto que estarán haciendo ahora, la melancolía me inunda, es tanta y a la vez tan poca la distancia que nos separa. Las horas pasan, a cada minuto me sumo en una depresión aún mayor, algo no va bien, me siento observada, criticada, pero he de mantener la apariencia de chica feliz, río aunque por dentro no sienta absolutamente nada, una espiral de tristeza, llanto y arrepentimiento.
Nuevas caras, nuevos propósitos, nuevas dificultades, no estoy preparada, pero tomé una decisión, sólo me queda ser valiente.