lunes, 15 de octubre de 2012

María

Con ganas de reírme de la vida, sueño con tener mi propio cuento donde él venga y me rescate, feliz por ser quien soy, por no ser como los demás, fuerte como la que más, soy capaz de aguantar hasta límites inimaginables, siempre tendré una sonrisa con la que responderte e intentaré que sonrías conmigo, luchadora; por lo que creo, por lo que siento, por alcanzar mis metas aunque después traigan consecuencias, odio que me digan lo que tengo que hacer, las reglas no son lo mio, no intentes que deje de reír, no lo conseguirás, nadie lo ha hecho. Puede que haya gente que no entienda el por qué de esta felicidad permanente que roza la locura, pues bien, ¿hay algún motivo por el que deba sentirme de otra manera? sí, soy feliz y quiero que todo el mundo lo sepa, disfruto cada hora y cada día porque valoro lo que tengo y sé que si no hago esto ahora, no podré hacerlo más tarde, ya tendré tiempo de madurar y de hacer lo que todos esperan de mi. Lo que más deseo es ser libre, poder irme de aquí, vivir nuevas experiencias a su lado, olvidar durante un tiempo, no quiero asimilar tantos problemas, ahora no, necesito vivir un tiempo más en mi mundo, en el mundo de María.

martes, 2 de octubre de 2012

Promesas por cumplir

Ya no aguanto más esta presión, mis brazos ceden, el mundo cae sobre mi, veo como cada una de las historias vividas se rompe en añicos, toda una vida ante mis ojos, rota en mil pedazos, no encuentro ningún sentido a esto, porque, si no estás tú nada importa, cada una de tus palabras se clava como puñales, un sollozo amargo escapa desde lo más profundo de mi alma, un cosquilleo gélido recorre cada extremidad de mi cuerpo, tiemblo, no lo puedo evitar, me siento tan impotente... las lagrimas recorren mis mejillas, de nuevo sola, siempre será así, he de asumirlo.
Me siento engañada, tocada y hundida, nunca fuiste consciente de que detrás de mi sonrisa hay dolor, otro ciclo que se cierra, otra persona que pierdo por el camino, ese es mi destino, herrar de persona en persona buscando lo que nunca me darán.
¿Mi corazón? ahí está, en el lado izquierdo del pecho, ¿lo sientes? ¿sientes los latidos? arrarráncamelo, písalo, ya estoy acostumbrada. El destino ha decidido, y no me encuentro con las suficientes fuerzas como para contrariarle, viviré con mi voz interior como única compañía.